Antes y un Después, la Diferencia: El Poder De Dios

Todos pasamos por momentos que marcan nuestras vidas, en ocasiones son eventos que dejaron un recuerdo de mucha bendición y en otras ocasiones esos eventos no son los más agradables e incluso los quisiéramos borrar completamente de nuestras mentes.

Uno de los momentos que marcó positivamente mi vida fue cuando tomé una clase que me mostró que Dios y la Biblia, y lo que está escrita en ella, es real. Que puedo encontrar una guía para mi vida con confianza y seguridad de que sus promesas son reales. Otro momento muy importante en mí vida fue cuando le dije que sí a mi esposa Marlene, ella me ha ayudado a caminar y crecer en áreas que no tenía la menor idea de que caminaría. Por cierto, estos dos “momentos están entretejidos”, pues sucedieron casi simultáneamente. Una de las grandes verdades que aprendimos en ese estudio de La Palabra de Dios está en 2 Timoteo 2:

2 Timoteo 2:15 

15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse,  que usa bien la palabra de verdad. 

2 Timoteo 2:15 

Nueva Traducción Viviente 

15 Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien  que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad. 

Solo en este versículo hay tres palabras que implican esfuerzo y trabajo: Procurar, diligencia y obrero. Puedo decir que esos dos eventos que marcaron mi vida son un antes y un después. Un contraste entre el viejo yo y el nuevo.

Desde esa época empezamos una aventura en La Palabra que, a medida que avanzamos, nos hemos dado cuenta de que cuanto mayor es el esfuerzo y la diligencia que ponemos en entender, comprender y vivir esa Palabra, mayores son las bendiciones que nos muestran la aprobación de Dios en nuestro andar. No que ya hayamos alcanzado todo lo que se puede lograr, no. Pero vamos en la dirección correcta.

Desde el momento en que declaramos Romanos 10:9 y 10, aunque no nos hayamos dado cuenta, hay un antes y un después. Aunque no lo conozcamos todo, hoy nos damos cuenta de cuando una persona está dividiendo mal La Palabra hasta donde lo conocemos. No es el objetivo de Dios que andemos señalando los errores, sino explicar bien La Palabra de verdad. Y recordemos que todo lo que hagamos lo tenemos que hacer con amor (1 Corintios 16:14: Todas vuestras cosas sean hechas con amor).

Todo el mundo divide La Palabra de Dios. Cuando alguien hace “mención” de algo de La Palabra. Nuestras mentes se activan y empezamos a evaluar lo dicho para ver si eso que se “ha dicho” explica correctamente la Palabra de Verdad. Ejemplo de los agentes que aprenden a diferenciar dinero verdadero de dinero falso.

Estamos aprendiendo diferentes aspectos de la nueva naturaleza y las diferencias con la antigua naturaleza que teníamos todo para poder entender, comprender y vivir de acuerdo con esa nueva naturaleza. Dios siempre ha marcado un antes y un después. Incluso nuestras biblias están divididas en Antiguo y Nuevo Testamentos. Aunque este fue un esfuerzo humano, y cada vez que el hombre mete mano se equivoca, le damos gracias a Dios por el esfuerzo. Dios siempre marca un “antes y un después”. Si quisiéramos ser técnicos, La Biblia tendría varias divisiones, y hasta el comienzo de cada administración podría ser un testamento por sí solo. Pero aquí en Hechos 2 podríamos marcar un antes y un después.

Cuando nuestro Señor Jesucristo inició su ministerio, el periodo de “la Ley” todavía estaba vigente. Es más, él dijo que “no había venido a abrogar la ley, sino a cumplirla” (Mateo 5:17). Cuando él cumplió toda la ley, entonces el objetivo de la ley se terminó. Aquí sería el inicio del nuevo pacto, del Nuevo Testamento. El Nuevo Pacto, el pacto del espíritu. La nueva era donde el espíritu está disponible a todo aquel al que cree.

Hechos 2

1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 

2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa  donde estaban sentados; 

3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les  daba que hablasen. 

Mucho de lo que ellos, los discípulos y sus 12 apóstoles aprendieron durante ese periodo de más o menos un año, fue acerca de recibir el espíritu santo. ¿Creen que esas enseñanzas no causaron impacto en sus vidas? En el  versículo cuatro dice: “Y FUERON TODOS LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO”. Este momento marcó un antes  y un después. El versículo 4 es algo nuevo, nunca antes había sido manifestado el espíritu santo de esa manera.  Dios marcó ese momento con un evento único: “Hablar en Lenguas”. 

Jeremías 31.

El Antiguo Testamento apunta a algo que va a suceder, Hechos 2 nos cuenta el cumplimiento de esas promesas.

Jeremías 31:31-40 

31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa  de Judá. 

32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto;  porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 

33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley  en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque  todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré  la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. 

Este fue el gran cambio, el punto de división, y el gran sujeto fue nuestro señor Jesucristo. En Juan 5: 46 dice:  “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” De él se habla desde el principio.  47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? 

El Nuevo Testamento es el Antiguo Testamento revelado. 

Efesios 2 

1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 

2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de  la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 

3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo  la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los  demás. 

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 

5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con  nosotros en Cristo Jesús. 

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 

10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de  antemano para que anduviésemos en ellas. 

Todo esto lo ha hecho Dios por nosotros:  

Romanos 1:4 

Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, 

Salmos 62:11 

Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder

Romanos 1 

Ahora todos los que somos creyentes podemos hablar del poder de Dios en nosotros. Una de las grandes cosas  que hemos estado aprendiendo es descubrir el significado de algunas palabras; en la mayoría de los casos podemos  usar diccionarios. Pero en el caso de La Palabra, podemos encontrar el significado ahí mismo. En La Palabra. 

Romanos 1:16 

16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que  cree; al judío primeramente, y también al griego. 

¿Qué es el poder de Dios? El evangelio, el evangelio, las buenas noticias, recordemos que el término buenas  nuevas es un sinónimo de “La Palabra de Dios”. Cuando creemos La Palabra, las buenas noticias de Dios, entonces el poder de Dios actúa en nosotros para salvación y el significado de salvación básicamente es liberación,  en este versículo se refiere a la salvación de la muerte que todos merecíamos. Todo por creer. 

2 Timoteo 3:16 

16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil (beneficioso) para enseñar, para redargüir, para  corregir, para instruir en justicia, 

1 Corintios 12:7 

7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. 

Con solo esto podemos encontrar la fuente de ese poder: La Palabra de Dios y el Espíritu de  Dios.  

Hay una gran variedad de grupos en la cristiandad que creen cosas muy diferentes, pero hay dos cosas básicas  que todo creyente real cree: que Jesucristo es el Señor y que Dios lo levantó de entre los muertos. Al creer eso,  todos los creyentes compartimos algo en nuestro interior, el Espíritu de Dios en nosotros. Todos tenemos acceso  a La Palabra. Esos dos recursos van de la mano, no se pueden separar uno del otro. 

¿Cómo recibimos La Palabra? 

Gálatas 1:11-12 

11 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; 12 pues yo ni  lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 

¿Cómo recibimos el espíritu? 

Gálatas 3:2 

2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? Y ¿Qué es lo que creemos (fe)? LA PALABRA 

El espíritu nos ayuda a entender la palabra, no es un ejercicio académico  

1 Corintios 2:12 

12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que  sepamos lo que Dios nos ha concedido, 

13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña  el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 

¿Cómo sabemos si las cosas que vemos y oímos son verdaderas o falsificadas? Por la palabra.  

También hemos oído cosas que nos confunden porque hay personas que se niegan a todo lo que sea el Espíritu  Santo llevándolo simplemente a un ejercicio académico, y otras que solo “viven por el Espíritu” pero no buscan  en la Palabra para nada. Todo tiene que tener un balance. 2 Pedro 1:21 dice que la Palabra fue recibida por  inspiración divina, por revelación.  

Tenemos que recordar siempre esto: 

Para los creyentes hay un antes y un después, y eso está determinado por nuestro nuevo nacimiento, nacimiento  desde lo alto al creer que Jesucristo es el Señor y que Dios lo levantó de entre los muertos. Obtenemos una  nueva naturaleza, una nueva identidad. 

En ese momento recibimos el poder de Dios: el espíritu santo. Y este espíritu nos da acceso a poder entender y  crecer por la Palabra a la que tenemos acceso. Muchos tienen La Palabra, pero no tienen ese recurso espiritual  para poder entender, aprender y actuar. Al creer, al actuar utilizando esos recursos, podemos ver que muchos de  nosotros somos testigos y otros lo hemos vivido por nosotros mismos: experimentar el poder de Dios. 

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