Antes y un Después, la Diferencia: El Poder De Dios
Todos pasamos por momentos que marcan nuestras vidas, en ocasiones son eventos que dejaron un recuerdo de mucha bendición y en otras ocasiones esos eventos no son los más agradables e incluso los quisiéramos borrar completamente de nuestras mentes. Uno de los momentos que marcó positivamente mi vida fue cuando tomé una clase que me mostró que Dios y la Biblia, y lo que está escrita en ella, es real.
Llamados, Escogidos de Dios
En la sociedad en la que vivimos hoy en día, es una sociedad de confusión sin precedentes, a pesar de la cantidad de información que está disponible, las personas se encuentran en una nube de confusión. Para esos de nosotros que tenemos la bendición de haber renacido, esta confusión que vive nuestras sociedades, no debería ser el caso.
Ahora quisiera que analicemos y nos contestáramos las siguientes dos preguntas: ¿Cómo te identificas? ¿Cómo te identifican los demás?
¿Quién soy yo?
Todos hemos enfrentado esos momentos incomodos cuando llegamos a un nuevo trabajo, una nueva escuela y nos toca presentarnos a nosotros mismos ante todo el personal, o en la escuela con los otros estudiantes. ¿Cómo contestamos?
¡Como hijos de Dios somos Santos!
Nosotros somos las obras maestras de Dios. Dios ha hecho una obra perfecta en Cristo y una obra perfecta en ese don que recibimos cuando renacimos.
Es necesario entender la base legal de la liberación de Dios en Cristo y cómo tenemos todo derecho de ser más que vencedores, de pararnos firmes contra las asechanzas del adversario, de ser mayores que el enemigo en nuestras vidas, y de vivir sobrabundantemente.